Así suelen preparar el test los candidatos de todo el mundo, aunque no es difícil encontrar a candidatos y expertos profesores que critican que las habilidades que requiere el GMAT distan bastante de las habilidades propias de la empresa. Entre esos expertos destaca Mintzberg si necesito dinero facil , para quien se requieren otros criterios de selección que no sean «superfluos», como a su juicio es el GMAT con esfuerzos a como conseguir dinero . El origen de esta superficialidad que muchos achacan al GMAT se encuentra en la propia naturaleza del MBA como programa y el posterior nacimiento de este test, que data de 1954. En el fondo, el examen nació como parámetro de evaluación de los principales candidatos que solicitaban ser admitidos en el máster: los ingenieros. En buena medida, en los orígenes del MBA se encuentra la intención de dotar a los ingenieros, que poseían unas cualidades técnicas envidiables, de unas habilidades de gestión no tan técnicas como intangibles, lo cual resultaba ciertamente un desafío para esos profesionales, acostumbrados a tratar con escenarios acotados a números y poco o nada propensos a la incertidumbre.
Ahora bien, como eran cientos los candidatos ingenieros que entraban en el proceso de selección, el GMAC creó un examen que primaba esas cualidades técnicas para como conseguir dinero , pues su público objetivo era principalmente técnico, frente a otras cualidades más propias de las humanidades. En el fondo se trataba de realizar una criba entre tanto ingeniero para que al MBA solo accediesen los técnicos más sobresalientes cuando necesito duinero urgente . Pero en todo caso, después de haber superado una prueba esencialmente técnica, es decir, adaptada completamente a su perfil de ingenieros.
Así nació el GMAT, que pronto se convirtió en el test de referencia a nivel mundial, aunque desde el principio con ese matiz técnico que ahora se empieza a considerar desde diversos ámbitos como excesivo e, incluso, contranatura, pues en la línea de salida del proceso de admisión, a igualdad de condiciones para afrontar la parte lingüística, el candidato del área científica parte con una ventaja considerable, a pesar de que en el contexto actual priman, por ejemplo, las habilidades emocionales y sociales, no técnicas.
En todo caso, siguiendo el calificativo de «superfluo» utilizado por Mintzberg, siempre he entendido que superfluo era, por ejemplo, simplificar la admisión a un MBA a saber resolver un puñado de ecuaciones, triángulos y una serie de problemas con cinco soluciones, y que, como me enseñó desde el primer día mi preparador, todo se basaba en una serie de reglas como las siguientes: si de las cinco opciones, la opción A (que implica que la solución 1 es correcta por sí sola, pero la solución 2 no es correcta por sí sola) no es válida, la respuesta ya no será ni A ni D, pues D exige que las opciones 1 y 2 sean correctas por sí solas. Y así, sucesivamente. Vamos, un cúmulo de reglas para llegar a la solución final.
Si el GMAT es eso, larga vida a los matemáticos, auténticos reyes, entonces, del test; pero dirigir empresas es otra historia. Frente a esa primacía de los cerebros matemáticos que necesito dinero urgente , que pueden ser excelentes gestores (la crítica no se refiere tanto a estos como a la orientación matemática y no de gestión del GMAT), Mintzberg cuenta la anécdota de un día en el que mencionó en clase la importancia de la intuición en los procesos de admisión, a lo que un alumno respondió: «¿Cómo es posible seleccionar por intuición cuando es algo que ni se puede medir?».